Josep Lluís Trapero, major de los Mossos d’Esquadra, ha declarado hoy ante la Audiencia Nacional, acusado por un presunto delito de sedición, al no haber actuado “conforme a la ley” durante las movilizaciones ciudadanas de Barcelona los días 20 y 21 de septiembre.
Según la acusación, los Mossos bajo el mando de Trapero tenían la obligación de proteger el dispositivo de la Guardia Civil que se había desplazado a Cataluña por orden directa del Ministerio de Interior. Al parecer, el major no autorizó a los agentes a salir de la Conselleria de Economía para reprimir las movilizaciones, ya que según su propia declaración, «no fueron avisados con suficiente antelación para poder planificar el dispositivo y esto obligó a ir adaptándolo en función de las circunstancias». Además, ha declarado también que conocieron las actuaciones de otros agentes de la Guardia Civil “por los medios de comunicación”.
Por tanto, el responsable de la policía catalana ha negado categóricamente haber cometido delito alguno, ya que el propio Trapero ha trasladado documento tanto a Interior como a los Servicios Jurídicos de la Dirección General de la Policía, asegurando que tienen “el convencimiento de que la actuación del Cuerpo de los Mossos fue la correcta y necesaria en atención a las circunstancias de ese día en el que miles de personas se concentraron en las inmediaciones de la Consellería”.
Además, en esa misma nota se argumenta que «la confianza que el major ha transmitido a la hora de explicar el dispositivo policial reafirma el convencimiento de que se tomaron las medidas adecuadas en función de los acontecimientos de ese momento”.
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