logo twMarcos H. De la Morena 

El ejecutivo escocés podrá dar un paso más hacia las urnas tras obtener este martes un apoyo relativamente amplio en el Parlamento. El Gobierno que preside Nicola Sturgeon se apunta esta victoria y exigirá a Londres un segundo referéndum de independencia con respecto al Reino Unido.

Fue la propia Sturgeon quien anunció hace unos días que este sería el objetivo de su equipo si Theresa May, primera ministra británica, seguía adelante con sus planes proBrexit. Al hacer efectiva la separación entre Gran Bretaña y la Unión Europea, el Gobierno Escocés quiere dar la opción a sus ciudadanos de que voten sobre si permanecen adheridos a los ingleses y siguen su destino asumiendo el artículo 50 del Tratado de Lisboa (que permite a un estado miembro de la UE separarse de forma unilateral).

Sin embargo, si en el referéndum se decidiera considerar a Escocia un estado totalmente independiente, podrían permanecer en la Unión sin ningún problema, al cortar sus lazos con los británicos. La única dificultad de Sturgeon en este proceso será poder completarlo antes de los 18 meses que May se ha marcado como límite para hacer efectivo y total el Brexit.

En cuanto a número de votos, el Gobierno del SNP sumó su fuerza a la de los Verdes para superar en cuatro votos la mayoría absoluta, obteniendo 69 votos a favor, frente a los 65 que requería su demanda sobre una nueva consulta soberanista.

El principal argumento de Sturgeon para replantear la separación se basa en reivindicar una voz principal escocesa que pueda elegir sobre el Brexit, ya que opina que no se les dio la opción de elegir en ningún momento. Además, solicita conocer previamente las condiciones que Londres pacte con Bruselas, para poder decidir si sancionan las medidas o deciden desmarcarse de Reino Unido de forma definitiva y mantenerse en la Unión.

Por tanto, la convocatoria independentista se fijaría a partir de otoño de 2018 hasta primavera de 2019, es decir, justo antes de que May finalice definitivamente las relaciones entre Gran Bretaña y la UE.