El ex jefe militar del Ejercito Republicano Irlandés, Martin McGuinnes, ha fallecido dos meses después de abandonar su cargo como viceministro primero. Apenas una semana después de que dejase el cargo, anunció que se retiraba de la política por una enfermedad genética, amiloidosis. Esta noche ha fallecido a los 66 años.
McGuinnes se lanzó al activismo en 1968 impulsado por unas fotografías del diputado católico Gerry Fitt tras ser tiroteado por la polícia en una manifestación a favor de los derechos civiles. En 1973 Mc Guinnes fue detenido tras ir en un coche cargado de explosivos y cumplió condena en la cárcel. Durante los años ochenta, fue una de las piezas clave en el Acuerdo de Viernes Santo que finalizó en 1998 dejando 3.500 muertos.
Fue en 1998 cuando participó desde la IRA en la firma del Acuerdo de Belfast, que supuso el alto al fuego entre el Gobierno británico y el irlandés. Entre 1997 y 2013 fue diputado electo en el Parlamento de Westminster pero nunca llegó a ocupar su escaño. Se presentó en 2011 a presidente de la República de Irlanda por el Sinn Féin.
McGuiness es padre de cuatro hijos y a pesar de que ha reconocido su pertenencia a la IRA nunca ha querido dar detalles sobre su actividad terrorista. La segunda parte de su vida la dedicó a establecer la paz con sus enemigos.
La primera ministra británica Theresa May ha apuntado tras conocer la noticia que «así como no puedo aprobar el camino que tomó en la primera parte de su vida, Martin McGuinness finalmente desempeñó un papel decisivo en alejar al movimiento republicano de la violencia. Al hacerlo, tuvo una contribución esencial e histórica en el extraordinario viaje de Irlanda del Norte del conflicto a la paz. Pese a que nuestra visión no coincidía, ni siquiera en los últimos años, como vice ministro principal durante casi una década fue uno de los pioneros en implementar el poder compartido entre comunidades en Irlanda del Norte. Comprendió su fragilidad y su valioso significado. En el corazón de todo estaba su profundo optimismo por el futuro de Irlanda del Norte, y creo que todos debemos agarrarnos a ese optimismo hoy».