El liderazgo de Marine Le Pen asusta a Europa. La extrema derecha francesa ocupa los primeros puestos en las encuestas. La caída de la candidatura de Fillon por pagar a su mujer 900.000 euros de dinero público ha dejado toda la pista de juego vacía para que Le Pen pueda hacer y deshacer a su antojo en el camino hacia la presidencia. Su programa se esconde en el lema «En nombre del populismo». En este recoge propuestas radicales como la salida de Francia de la Unión Europea para devolver a su país la «soberanía nacional».
El nacionalismo y la xenofobia son dos de sus grandes tradicionales propios de la extrema derecha. Con eso pretende mantener al votante tradicional de su partido. Pero esta vez, con el camino abierto hacia la presidencia, Le Pen quiere conquistar el voto más amplio, por ello, llama a la preservación del Estado del Bienestar y las libertades públicas. Su discurso mantiene el ultranacionalismo lo que corresponde con la oposición de Francia al «perverso europeismo» que considera que elimina la identidad de la nación francesa.
La candidata presentó un discurso antiyihadista y ultraconservador. Aseguró que entre Europa y el ISIS, «han construido una ideología, el mundialismo económico que rechaza todas las regulaciones y arrebata a la nación sus elementos constitutivos, permitiendo que nazca y crezca otro mundialismo, el fundamentalismo islámico«. Su estrategia consiste en asustar con todo lo relacionado con los musulmanes asegurando que» quieren imponernos salas de oración [en los lugares de trabajo], mezquitas, velos, la sumisión de la mujer a la que se prohíbe la falda y el bar, pero ningún francés, ningún republicano, ninguna mujer apegada a su libertad y su dignidad puede aceptar eso».
En Francia Le Pen tiene a su favor el desafortunado protagonismo terrorista que ha habido en Francia y juega con el miedo. Cierto es que hay un hartazgo general con la ocupación de barrios completos por los musulmanes. La candidata ha explicado que «cuando alguien quiere instalarse en un país, no puede empezar por violar sus leyes o reclamar derechos; no habrá más leyes y valores que los franceses, quienes vienen a vivir en Francia no pueden vivir como en su país; si quieren eso, que se queden allí».
Sobre la independencia de Francia de la Unión Europea ha apuntado que el Brexit ha dado el primer paso hacia la soberanía y que «otros pueblos nos han mostrado el camino, como los británicos que han elegido la libertad con el ‘Brexit‘». En caso de que Europa se niegue, convocará un referéndum.
La candidata del Frente Nacional que apuesta por el control total de las fronteras plantea la disolución del euro dentro de Francia y que se use exclusivamente como moneda internacional mientras que recupera el franco como moneda ordinaria. En su plan económico, Le Pen de nuevo apuesta por el patriotismo y quiere recoger en la Constitución la «preferencia nacional». Esto consiste en que cualquier frances que quiera solicitar una plaza de trabajo, escolar, universitaria o sanitaria, tendrá siempre preferencia ante los inmigrantes.
Marine Le Pen se ha alineado con Trump en sus políticas radicales. También ha planteado una tolerancia cero si crimen con un control exhaustivo en las fronteras del país.