logo twDiana Fernández


Decía Goethe que todo el que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo. Y ahora cuando todo suma las peripecias de la élite no tienen freno y la necesidad imperiosa de llegar al trono sobrepasa límites. Si uno gusta puede optar por bajarse al fragor urbano y operar desde ahí sus planes pero ¿para qué bajar desde la cúspide mundial pudiendo acortar el camino?

Donald Trump pisó el mundo empresarial con 200 millones de dólares y eso es lo más humilde que ha hecho hasta ahora. Como el periodismo hace su tarea, fue el Pulitzer Cay Johnston en su libro, quién aseguró que el magnate tenía un gran vínculo con la mafia. Pero como siempre, apuntar alto es lo que rige la cronología de la historia. A Trump se le vincula nada más y nada menos que la mafia Genovese, la más importante de Nueva York. Una de las cinco que controla la ciudad.

Codo con codo, el magnate y Castellano fan Gambino, líder de los Genovese, construyeron la Trump Tower, el edificio más emblemático del candidato. Para ello compró el cemento a un precio muy por encima del mercado a su colega de los Genovese.

Pero como no hay dos sin tres Donald Trump también ha sido relacionado, según el Pulitzer, con Libutti. El magnate rompió la relación con su socio de los casinos por estar vinculado con el crimen organizado. Pero como era de esperar esto no fue conocido por un impuso de honestidad del magnate sino porque la hija de Libutti terminó aireando a los cuatro vientos que su familia y la de Donald Trump se conocían a la perfección. Ya sin excusas formales.

Pero el modus vivendi, social y económico del candidato a la Casa Blanca  ahondan más en los suburbios del poder. Según el libro de Cay Johnston, uno de los asesores más cercanos a Trump es Félix Sater, una persona vinculada con los delitos de fraude fiscal que ascienden a la humilde cifra de 250 millones de dólares aproximadamente pero Trump en un ejercicio de ingeniudad olvidó que su persona de confianza estaba vinculada con la mismísima mafia.

Las cuatro bancarrota de Donald Trump

Como una estricta profecía en las leyes del negocio, el que aspira a gobernar Estados Unidos, ha tenido caídas en su imperio. Por primera vez en 1991 tuvo que hacer frente a las exigencias del mundo financiero y por posponer el pago de intereses de sus empresas, perdió el Trump Princess, su yate de 85 metros de eslora y la aerolínea Trump Shuttle además de tener que renunciar a la mitad de su participación en el Trump Taj Majal. Pero esta triple entente de pérdidas fue algo de lo que pudo recuperarse , aunque por poco tiempo.

Sin apenas margen de reacción, Trump volvió a enfrentarse a uno de sus mayores tropiezos. En menos de un año los Casinos de Atlantic City empezaron a crear agujeros en los números del empresario neoyorkino. Y le costó perder la mita de su participación en el New York Plaza Citibank. 

Después de esto Trump volvió al clamoroso éxito hasta 2004 cuando los fantasmas del pasado llamaron de nuevo a su puerta. Los casinos de Atlantic seguían arrastrando pérdidas. Pero zanjó el asunto poniendo 500 millones encima de la mesa para sanear las cuentas. La receta no erradicó del todo el problema. Y Trump tuvo que sortear otro golpe que parecía improbable.

Los casinos perseguían al candidato republicano. En 2009 una de sus compañías recogía un impago de 53 millones  de dólares en bonos. Esto ya no se sostenía por muy Donald Trump que fuese y ahí terminó su mandato en el consejo de Atlantic City, no obstante su nombre seguía constando en tres de ellos.

Pero Trump ,que aboga por gobernar el mundo, si esa opción existiese, es uno de los candidatos a dirigir los Estados Unidos y mucho votante cautivo defiende su tesis alegando que como Trump es empresario, va a saber gestionar las cifras de una potencia mundial.


Ha confesado públicamente que no paga impuestos


Y aquí viene el argumento estrella del magnate, ya quebrando la muralla de la lógica. Como ha sabido evadir impuestos va a saber dirigir las cifras de Estados Unidos. Esto sin el beneplácito del gobierno, se quiere pensar. Pues bien, el New York Times tuvo acceso a una declaración de la renta de Trump, que ha sido el único candidato que no la ha hecho pública, que pone de manifiesto que el candidato y la hacienda americana no han tenido mucho contacto en los últimos veinte años. Pero aún así él, como hombre sagaz, tal y como se considera, no se ha molestado en negar tal cosa. De hecho en el último debate presidencial lo llevó a gala. Ya sin secretos, sin enredos, sin crispaciones ni ambigüedades. Trump no paga a hacienda. 

El punto débil de Donald: Las mujeres

Ahora Melania ocupa el corazón de este casanova multimillonario, pero Trump ha pasado ya tres veces por el altar y otras tantas por sitios imprudentes que ajustician al aspirante a presidente. Ivana Trump fue la primera esposa del magnate, terminando ahora con Melania, pasando en el 93 por Marla Maples. Pero esto no hace temblar a nadie, es un matrimonio.

La catarsis del asunto llega cuando a Trump le empiezan a llover mujeres que aseguran haber sido acosadas por el candidato después de que este declarase que «cuando eres una estrella ellas te dejan hacerles cualquier cosa» y ese ha sido el último declive de su campaña. Tal vez esto pone en evidencia las estratagemas para subir a la cima. ¿Es ahora cuando las mujeres se atreven a confesar que han sido víctimas de las manos de Donald Trump?, ¿es Jessica Leeds, la mujer de 74 años que aseguró que con 30 el magnate se propasó, una sufridora real de los hechos que los airea 44 años después de que sucediese?, ¿por qué ahora?, ¿formará parte del espectáculo político?. Ya lo dijo Mario Conde, las guerras políticas nunca acaban solo se suspenden.

Lejos de arañar la Casa Blanca

Trump ha resistido al segundo debate presidencial sin salir muy escaldado, de hecho el éxito es que no fue un fracaso estrepitoso. Pero descubrir los embustes del magnate durante los meses de campaña han taimado su imagen de poderío ante los problemas.  Como hombre emérito de los negocios y de la dialéctica, ha entrecruzado mensajes que después ha matizado para enjuagar la rabia que habían causado, pero ya todo ha sido en vano y ha ido en una decadencia absoluta.

Que si poner un puente en México pagado por México. Que si los musulmanes no pueden entrar en su país, que no es su país porque es inmigrante. Que si un examen de patriotismo a los que osen a poner un pie dónde él gobierne. Que si Obama es el que ha creado el ISIS. Que si va a encarcelar a Hillary Clinton. Y otras tantas afirmaciones que se han vuelto en contra de Trump.

Y es ahora cuando esta candidatura para ser presidente de Estados Unidos se derrumba por los irredentos ejercicios de Donald Trump que tal vez, le estén condenando a estar siempre en la casilla de salida.